Esta semana empezó con el peor dato general desde julio de 2009 del índice del Instituto de gestión de Suministros (ISM) de Estados Unidos, con una desalentadora caída del PMI (Índice de gestores de compras) de China y con un récord de desempleo en la Eurozona [EZ], mientras las acciones en Estados Unidos están perdiendo terreno y los rendimientos de los bonos españoles están yendo hacia arriba. Una flexibilización quantitativa por parte de la FED podría impedir una recesión pero no recuperar un crecimiento y un empleo fuertes; asimismo, una bajada de los tipos en la Eurozona no remediaría la falta de unidad política (y la resultante falta de herramientas procíclicas para mejorar el crecimiento). La reciente cumbre de la UE dio pasos hacia la creación de una unión bancaria y finalmente la introducción de una mutualización fiscal, pero todo esto está muy lejos de conseguir la integración política necesaria para colocar a la Eurozona más cerca de convertirse en un área monetaria óptima. De hecho, la rebaja de expectativas previa a esta cumbre fue quizás lo que marcó la diferencia.
