A medida que el conflicto en Siria se intensifica, la OTAN y la ONU intentan adoptar un nuevo enfoque, que incluye un posible gobierno de unidad. Esta opción es atractiva para Rusia, a quien le interesa mantener el acceso a su puerto en Siria y disuadir de cualquier cambio de régimen en su propio territorio. Los responsables turcos han cambiado de estrategia tras el derribo de uno de sus aviones, respondiendo con el desplazamiento de personal militar hasta la frontera en caso de nuevas incursiones. Observamos poco entusiasmo por acometer una intervención global, lo que significa que el estancamiento podría prolongarse. Esperamos que las presiones relacionadas con este conflicto, incluidas las corrientes de refugiados y los enfrentamientos violentos, agraven las tensiones internas pero no modifiquen significativamente la perspectiva económica para los vecinos de Siria ni den lugar a suspensiones de pagos.