Tras el anuncio de la victoria del candidato de los Hermanos Musulmanes Mohammed Mursi en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales egipcias, el proceso de traspaso del poder y el papel que desempeñará el ejército continúan siendo inciertos. Mursi deberá empezar por formar un gabinete de inclusión y establecer una estrecha relación con el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el cual controla gran parte de la economía y dispone de capacidad de veto en asuntos de defensa y seguridad. En RGE mantenemos nuestra preocupación acerca de los retos económicos a los que se enfrenta el nuevo gobierno, especialmente la carga fiscal que se avecina: la dependencia egipcia de la deuda a corto plazo significa para el país un oneroso programa de prórrogas y amortizaciones.