Recientemente, el BCE ha anunciado nuevas medidas para aumentar la disponibilidad de garantías para las entidades de contrapartida, con el fin de mejorar su acceso a las operaciones del Eurosistema y ayudar en mayor medida a la provisión de crédito a los hogares y a las entidades no financieras. El Consejo de Gobierno ha reducido el límite de calificación y ha modificado los requisitos para poder optar a determinados títulos respaldados por activos. Se espera que el BCE reduzca el papel de las agencias de calificación crediticia en sus operaciones en general: los bancos españoles están cada vez más limitados por los activos de garantía tras la extensa utilización de instrumentos del BCE y las rebajas de las calificaciones, mientras que los bancos italianos todavía conservan cierto margen de maniobra. Si bien la flexibilización de los activos de garantía es un paso bienvenido y necesario, el BCE está recurriendo cada vez con mayor frecuencia a medidas ad hoc para encaminar la liquidez cuando ésta es necesaria.