El ministro húngaro a cargo de las conversaciones con el FMI, Mihaly Varga, anunció ayer que el gobierno había alcanzado un "sólido compromiso" con el FMI y el BCE acerca de la controvertida ley sobre el banco central que podría desbloquear finalmente las largamente esperadas conversaciones de crédito, aunque los inversores que esperan un acuerdo rápido no deberían contener la respiración. Tanto el FMI como el BCE mantienen silencio sobre la posible reactivación de las conversaciones, y el último intento a medias del gobierno por aplacar a las instituciones internacionales está a grandes rasgos en la línea de su ya conocida práctica de mantener la adhesión de los inversores con la mera perspectiva de un acuerdo con el FMI. A la larga, el aumento de las tensiones en los mercados en torno a la esperada quiebra y posterior salida de la Eurozona de Grecia a comienzos de 2013 pondrá presión sobre el zloty húngaro, lo que junto a las cuantiosas amortizaciones de bonos en divisas dentro de ese mismo año, obligará al gobierno a ultimar el programa de préstamo como muy tarde en el cuarto trimestre.
Por Jelena Vukotic.