La muerte del príncipe heredero saudí Nayef el pasado sábado pone de relieve la importancia de la transición de poder a la siguiente generación, que probablemente tendrá lugar dentro de un par de años cuando la posición económica y fiscal de Arabia Saudí sea todavía más frágil que en la actualidad. A corto plazo, esperamos que no haya cambios en la política, o que éstos sean muy pequeños, debido a que consideramos que el rey Abdullah sigue ejerciendo la autoridad y entre los principales miembros de la familia existe un acuerdo general acerca de las pinceladas políticas a grandes rasgos (la represión de los manifestantes chiítas, y el aumento de las transferencias y la creación de empleo para otros saudíes). Esperamos que las reformas sean muy personales (vinculadas al monarca) y progresivas, con una continuación de la política fiscal expansionista. Nayef ha estado personalmente relacionado con la represión en la Provincia Oriental y, como ministro del interior, tenía grandes vínculos con el aparato de seguridad, pero aquellos que esperen un cambio significativo en las políticas podrían sentirse decepcionados, mientras que son las relaciones de Nayef con los clérigos suponen otra causa de incertidumbre.
Por Rachel Ziemba.