Los riesgos a la baja tanto para los precios como para la demanda de petróleo harán mella en la liquidez local, aunque el estímulo público mantendrá a flote a los grandes exportadores de petróleo. Los países importadores de petróleo no se verán demasiado aliviados, ya que el debilitamiento de la demanda tanto a nivel mundial como regional intensifica las vulnerabilidades económicas y pone en peligro la evolución política. Mantenemos la mayoría de nuestras previsiones para 2012, aunque recortamos las previsiones para 2013 debido a que la producción petrolífera experimentará un ligero descenso y los riesgos políticos provocarán que las recuperaciones posteriores a la primavera árabe sigan siendo frágiles. El desencadenamiento de un conflicto con la presencia de Irán sigue siendo un riesgo clave para 2013 (tanto para Oriente Medio y el Norte de África como para la economía global), mientras que la continuación del conflicto sirio y las difíciles transiciones en Egipto, Libia, Túnez y Yemen podrían ser perjudiciales tanto para el sentimiento como para la producción de la región.
Por Rachel Ziemba y Maya Senussi.
