Hemos revisado a la baja nuestras perspectivas de crecimiento, del -0,3% al -0,6% en 2012 y del 0% al -0,2% en 2013, debido a que la desaceleración de la Eurozona está pasando factura a la economía irlandesa basada en las exportaciones. Es improbable que Irlanda acceda al mercado de forma significativa antes de finales de 2013, fecha en la que finaliza su actual programa de financiación, debido a la elevada relación entre deuda y PIB, enorme déficit fiscal, constante contracción económica y grandes pasivos contingentes vinculados a la recapitalización de los bancos, así como a la gran incertidumbre en torno al futuro de la Eurozona. Esta situación obligará al país a solicitar un segundo rescate a la UE y al FMI a finales de 2013.
Por William Oman.