El fin en Francia de la presidencia de Nicolas Sarkozy, un firme opositor a la adhesión de Turquía a la UE, ha reavivado las esperanzas del país de unirse al bloque, después del escaso progreso producido desde que la UE abrió las negociaciones de ingreso con Turquía en 2005. Turquía ha comenzado a trabajar en 13 de las 35 áreas políticas necesarias para satisfacer los requisitos de la UE, aunque prevemos que el progreso sea lento. Se mantienen los principales escollos -la histórica negativa de Ankara a normalizar sus relaciones con el Chipre griego, y las lentas reformas en Turquía-, mientras la crisis de la Eurozona ha reducido el atractivo de la adhesión a la UE para el público turco.