Tras la elección de Francois Hollande, el posible candidato a primer ministro es Jean-Marc Ayrault, una situación que debería dar un giro más pragmático e ideológicamente flexible a la administración. Dado que Hollande defiende que la estrategia ante la crisis se debe reorientar hacia unas medidas políticas de mayor fomento del crecimiento, el posible apoyo por parte de los líderes europeos, y especialmente de Berlín, a un nuevo pacto de crecimiento tendría consecuencias positivas para las perspectivas electorales del partido socialista, aunque no necesariamente para la perspectiva de crecimiento a corto plazo de la Eurozona. Dada de desorganización imperante en el centro-derecha francés, sigue siendo muy probable que, después de las elecciones, los socialistas sean capaces de aprobar legislación, aunque necesiten contar con el apoyo de otros partidos de izquierda y tradicionales aliados.
Por Elisa Parisi-Capone, Mark Willis, Jelena Vukotic y Parul Walia.