En el día de ayer, el gobierno australiano hizo público su presupuesto para el ejercicio fiscal 2012-13, el cual se basa en unas suposiciones que consideramos excesivamente optimistas. El crecimiento del PIB nominal del 5,0% será prácticamente imposible de alcanzar a menos que el entorno exterior, en concreto China, mejore significativamente, y que el mercado de la vivienda toque fondo e inicie su recuperación, lo cual no esperamos que suceda este año. La inversión va a ser uno de los principales motores del crecimiento del PIB real en 2012, algo que es bueno para el conjunto de la economía pero malo para los ingresos fiscales, ya que los gastos de inversión se deducirán de la renta imponible de las sociedades. La reducción del crecimiento del gasto público también dará lugar a un cierto lastre fiscal, lo que será todavía más perjudicial para el crecimiento de los ingresos.