Ni los responsables políticos nacionales ni el FMI lograron convencernos de que son capaces de mejorar la seguridad y acelerar el crecimiento en el mundo, debido a la falta de nuevas ideas, recursos y coordinación para cambiar radicalmente las expectativas más allá de la aplicación de políticas para postergar los problemas, como por ejemplo el aumento de la liquidez. La atención se vuelve a centrar en la Eurozona, a pesar de los esfuerzos por ensalzar el tamaño del cortafuegos y aumentar los recursos del FMI. Lo que ha cambiado esta vez es el país más afectado, España, para el cual tenemos un próximo análisis. La falta de coherencia y convencimiento en la planificación, así como la ausencia de contingencias creíbles, respaldan el mantenimiento de la prudencia sobre los activos de riesgo y la preferencia por una liquidez sólida en líneas generales.
Por Nouriel Roubini, Arnab Das, Christian Menegatti y Megan Greene.