La presión sobre el Banco de Japón (BoJ) está alcanzando su punto álgido, con el mercado prácticamente garantizando una fuga masiva hacia el yen si no se anuncia una flexibilización adicional el 27 de abril. Creemos que la decisión del BoJ estará en parte influenciada por lo que haga la Reserva Federal el 25 de abril, aunque reconocemos que todo lo que no sea una declaración claramente agresiva por parte de Bernanke y compañía (algo que parece altamente improbable) dejará acorralado al BoJ, que se verá obligado a introducir algún tipo de flexibilización adicional. Por ahora, nuestro pronóstico cambia de una pausa a una ampliación del programa de compra de activos el próximo 27 de abril, con una considerable cifra de 10 billones de JPY, aunque todavía sin ninguna referencia a las compras de bonos a largo plazo.