El IPC superó ligeramente nuestras expectativas de una subida del 3,5% interanual en marzo con un registro del 3,6%, debido a que la inflación no alimentaria fue mayor de lo esperado, alcanzando el 7,5%. Parte de esta subida se atribuye al incremento de los precios del combustible durante el mes, que a su vez provocó que la subida de los subíndices de residencia y transporte fuese algo mayor de lo previsto, aunque la inflación subyacente también parece ser más alta de lo esperado. Mientras tanto, los precios a la producción descendieron un 0,3% interanual tras mantenerse invariables en febrero. Esperamos que la inflación se mantenga, moviéndose en torno al margen comprendido entre el 2,5 y el 3,5% durante el resto del año, con un cierto riesgo al alza debido a las reformas de los precios en el sector energético y a la recuperación del crecimiento en el segundo semestre.