El banco central de Indonesia ha introducido nuevas normativas con el objetivo de fortalecer el sector financiero y potenciar la resistencia del país ante las condiciones externas, entre ellas la fijación de un máximo del 70% para la relación entre el principal y la garantía en el mercado de la vivienda (que entrará en vigor en junio) y de unos requisitos de pago anticipado del 30% y del 25% como mínimo en los préstamos para la compra de automóviles y motocicletas, respectivamente. Bank Indonesia (BI) también ha endurecido las restricciones para la compra de divisas, estipulando que el ahorro ya no es una finalidad básica para las compras individuales de fondos por encima de 100.000 dólares estadounidenses. No cabe duda de que estas políticas actuarán como un lastre para el crecimiento este año, aunque ilustran el planteamiento a largo plazo que caracteriza a la elaboración de políticas de Bank Indonesia y deberían ayudar a garantizar un aterrizaje suave y estable para la economía indonesia durante los próximos tres años.