El crecimiento del crédito y el estímulo fiscal están respaldando la demanda interna, especialmente el consumo, mientras que la fortaleza de los precios del petróleo sirve de impulso a las exportaciones. El presidente Vladimir Putin tendrá más dificultades para aplicar las reformas prometidas para atraer inversiones y detener las salidas de capitales que para orquestar su reelección, y éstas podrían aplazarse a causa de los elevados precios del petróleo. A pesar de una inflación históricamente baja en el primer semestre de 2012, el gran aumento de los créditos y las salidas de capitales impedirán recortes formales en el tipo de interés de intervención, mientras que la política fiscal continuará siendo expansionista.
Por Rachel Ziemba
