La incertidumbre política y la vulnerabilidad económica retrasarán la reactivación del turismo y la inversión, manteniendo el crecimiento de la economía egipcia muy por debajo de la tendencia. Mantenemos nuestra previsión de una moderada expansión del 1,5% en 2012 y del 3,0% en 2013. Bajo la carga de un déficit considerable y una deuda creciente, el gobierno cuenta con un escaso margen para el estímulo, dependiendo de la ayuda exterior para ayudar a satisfacer las necesidades de financiación. Los elevados precios del petróleo continuarán presionando la cuenta corriente y las reservas de divisas, mientras que el banco central defenderá una depreciación gradual de la libra.
Por Maya Senussi y Rachel Ziemba