La huelga de compradores de crudo iraní ha permitido a Arabia Saudí aumentar su producción de petróleo, empujando el crecimiento económico hasta el 4,8% este año, aunque la destrucción de la demanda global mostrará su cara más lúgubre más entrado 2012. El alto precio del petróleo y la elevada producción dejan espacio a más estímulo directo y a través del sistema bancario. El gasto estatal se traslada al consumo por medio de subidas salariales y transferencias, y a la manufactura, en apoyo de la demanda interna.
Por Rachel Ziemba.