El programa de préstamos ampliado que se anunció el 13 de marzo de 2012 subraya la nueva determinación del BoJ de abordar uno de los problemas estructurales fundamentales de la deflación persistente de Japón y el mal rendimiento económico: la falta de inversión privada. El programa sólo causará un mínimo impacto en la actividad inversora real, dada la pequeña escala de los fondos ofrecidos, pero es un signo más del juego de impulso que señalamos en nuestro análisis de los bancos centrales en febrero. El BoJ considera los esfuerzos de reconstrucción de este año y el satisfactorio debilitamiento del yen como una oportunidad única para galvanizar la economía nacional y espera capitalizarla moviendo más recursos financieros hacia el sector privado.