El pasado 8 de marzo el BCE mantuvo invariables los tipos de interés, mientras que las previsiones del personal revisaron a la baja la previsión de crecimiento intermedio para 2012 hasta el -0,1%, y para 2013 hasta el 1,1%. El banco aludió como motivos los riesgos al alza a corto plazo para la inflación debido a unos precios del petróleo más altos de lo esperado y a las subidas de los impuestos indirectos, y advirtió de los riesgos a la baja derivados de la decepcionante evolución de la actividad económica. Las operaciones de refinanciación a largo plazo a tres años han sido consideradas un éxito, a juzgar por la reapertura de deudas no garantizadas y mercados interbancarios anteriormente cerrados, aunque es necesario observar la cantidad de liquidez y las complejas implicaciones antes de llevar a cabo nuevas actuaciones.