A día de hoy, parece probable que el Reino Unido logre evitar una recesión técnica en 2012 con un crecimiento del 0,6%, para registrar posteriormente una mejora marginal en 2013. No obstante, la expansión económica permanecerá por debajo de la tendencia anterior a la crisis. Debido a las vulnerabilidades tanto internas como externas, la tendencia de la política monetaria del Reino Unido será hacia una mayor relajación, y no hacia una menor relajación. Con respecto a la política fiscal, cuando el crecimiento no sea tan bueno como se esperaba el gobierno se verá obligado a anunciar nuevas medidas para cumplir con sus objetivos fiscales, o a infringir el mandato fiscal.
Por Parul Walia.