Los resultados preliminares de las elecciones presidenciales rusas, que adjudican a Vladimir Putin una victoria por un amplio margen, están en línea con las expectativas de RGE (y del consenso) de que la división de la oposición y el reciente discurso político reformista harán que Putin logre una nueva victoria en la primera vuelta de las elecciones. Si bien funcionarios del gobierno declararon que las elecciones habían sido las más limpias de la historia, los observadores electorales informaron de irregularidades y votos múltiples en algunos lugares. Es posible que las protestas continúen, aunque no esperamos que la presión pública provoque ningún cambio político importante. Además, queda por ver si Putin se tomará en serio sus promesas de reforma preelectorales, entre las que se incluyen la erradicación de la corrupción, la continuación de las privatizaciones con el fin de fomentar la competitividad y la inversión en las decrépitas infraestructuras rusas.
