En el año 2010, el gobierno del Reino Unido introdujo un plan de consolidación fiscal anticipada, con la presunción de que la austeridad fiscal puede ser expansionista ya que reduce la incertidumbre y fomenta la confianza tanto de los consumidores como de las empresas. En RGE no compartíamos esta convicción de los responsables políticos sobre la necesidad de un paquete anticipado para apaciguar el mercado de bonos, y declaramos que unas medidas precipitadas para reducir los costes harían aumentar la incertidumbre y serían más perjudiciales para la economía que unas medidas más meditadas destinadas a reducir el gasto a largo plazo. Ahora ha quedado claro que la consolidación anticipada en el Reino Unido ha reducido la actividad económica a corto plazo y ha colocado a la deuda pública en un camino menos sostenible: en enero de 2011, desde RGE pronosticamos una relación entre la deuda y el PIB del 90% en 2015. Nuestra estimación actual es del 99%.
Por Parul Walia.
