Hace mucho tiempo que el conflicto civil sirio ha dejado de ser un asunto meramente interno, y continuará socavando el sentimiento en la región de Oriente Medio y Norte de África, intensificando las tensiones alrededor de Irán. Hasta el momento, los esfuerzos internacionales han fracasado en su intento por detener el bombardeo de la población civil, pero la entrega de armas a la oposición contribuiría a una mayor militarización y una escalada de la violencia. Ya que ni la difícil situación de la población ni la presión externa han sido suficientes para convencer al presidente Bashar al-Assad de que abandone su cargo, es posible que el colapso de la economía todavía lo logre. Mientras tanto, el avance del deterioro económico podría hacer que los partidarios del régimen se pasen al otro bando.
Por Maya Senussi.