El mensaje fundamental del presidente Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión fue que la economía estaba en la senda positiva y que continuaría aplicando políticas para mantener el progreso, mientras que el reto más urgente era la desigualdad. En materia impositiva, Obama defendió la subida de los impuestos a los ricos, manteniendo el apoyo a la clase media. En materia de vivienda, Obama se extendió sobre la refinanciación y la necesidad de seguir investigando el fraude de las ejecuciones hipotecarias. El presidente también reclamó el papel de EEUU como nueva potencia energética, aunque debemos apuntar que el país no podrá reducir demasiado sus importaciones de crudo. En nuestra opinión, la recuperación continúa siendo débil y la falta de apoyo fiscal sigue siendo un impedimento clave.
Por Christian Menegatti, Prajakta Bhide y Rachel Ziemba.