La mejora del índice de optimismo de las pequeñas empresas, que pasó de 92,0 en noviembre a 93,8 en diciembre, pone de manifiesto que atravesamos un periodo de constante aumento del optimismo, aunque el sentimiento sigue estando en niveles extremadamente bajos. Aunque el optimismo continúa por debajo de la media a largo plazo de 98,7, la subida de diciembre fue reflejo de un descenso del pesimismo que rodea a las futuras ventas, ganancias y condiciones empresariales. La mayoría (un 23%) de las empresas mencionaron las malas ventas como el mayor problema individual al que se enfrentaban.
