El estancamiento del crecimiento y el aumento de las demandas de gasto han elevado el déficit fiscal egipcio y provocado varias rebajas de la calificación de la deuda soberana, la más reciente de las cuales tuvo lugar el 30 de diciembre. Fitch rebajó la calificación crediticia de Egipto para la deuda en moneda extranjera a largo plazo a 'BB-' desde 'BB', y para la deuda en moneda local a largo plazo a 'BB' desde 'BB+', con perspectiva negativa, alegando como motivo la reducción de las reservas del banco central. La subida de los intereses, la depreciación de la moneda, los elevados costes de servicio de la deuda y la no suscripción en su totalidad de las subastas de letras del tesoro sugieren que los activos egipcios continuarán estando sometidos a presión.