Los Estados Unidos siguen siendo un país tremendamente rico, lo que en parte es el motivo de que los rendimientos de la deuda del Tesoro continúen siendo bajos, aparte de la flexibilización cuantitativa, el bajo nivel de inflación y la lentitud del crecimiento. El descenso del patrimonio neto de los hogares por valor de 2,4 billones de dólares estadounidenses a lo largo del tercer trimestre no es lo suficientemente grande como para afectar a la economía. Aun así, continúa la recesión de balance, siendo el desapalancamiento del sector privado y la desigualdad los principales factores a tener en cuenta por los responsables políticos. Los datos agregados del patrimonio y la deuda ocultan la historia subyacente, que es una distribución de la prosperidad sorprendentemente desigual. Tal como Nouriel Roubini, presidente de RGE, ha mantenido anteriormente, esta receta no conduce a una continuidad de la estabilidad o la prosperidad.
Por David Nowakowski.