A pesar de los rumores de intervención del BCE un día antes, la subida de los rendimientos a largo plazo de Italia (en comparación con España) envía una mala señal a los inversores. La oposición a las reformas de Monti por parte de los poderosos sindicatos y la Liga Norte ha dado lugar a una delicada situación en el país desde el principio. Además, existe una combinación de diferentes problemas que reducen la capacidad de blindaje de Italia, entre ellos las expectativas de una inminente rebaja de la calificación de, entre otros, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, la exigencia del Bundesbank de que otros países aumenten sus contribuciones al FMI antes de aportar su propia contribución, la renovada oposición de Angela Merkel a la ampliación del Mecanismo Europeo de Estabilidad, y la determinación del BCE de ceñirse a su limitado cometido. Es probable que la visita de un equipo del FMI a Roma la próxima semana haga aumentar las sospechas acerca de la capacidad de Italia para poder seguir accediendo al mercado en 2012.
Por Elisa Parisi-Capone.