La existencia de un cierto impulso positivo en el crecimiento estadounidense durante el segundo semestre de 2011 respalda una ligera revisión al alza de nuestra previsión de crecimiento, pero la elevada tensión financiera, el lastre fiscal y el actual desapalancamiento en un entorno de bajos ingresos mantendrán el crecimiento muy por debajo del potencial. Predominan los riegos de que los resultados sean inferiores a lo previsto: el cada vez más pesado lastre fiscal y los efectos indirectos del empeoramiento de la crisis de la eurozona sobre las condiciones crediticias y el valor neto siguen sugiriendo que existen un 50% de probabilidades de entrar en recesión. La inflación se enfriará, y la Reserva Federal contrarrestará la desaceleración del crecimiento con una ampliación adicional del balance para mediados de 2012. Cualquier impacto de los acontecimientos de eurozona provocará una respuesta más agresiva y poco convencional.
Por Prajakta Bhide