Seleccion eE

Opiniones rápidas: el posible impacto de un prestamista de última instancia

Christian Menegatti: Los inversores aprovecharían la oportunidad para deshacerse de la deuda italiana y española aunque el BCE interviniese como prestamista de última instancia declarado, con lo que el BCE debería adquirir una gran cantidad de la misma hasta que quede claro que se han solucionado los problemas de flujo y el nivel de endeudamiento tenga una trayectoria sostenible. En lugar de ello, el anuncio de un prestamista de última instancia (algo para lo que existen escasas probabilidades) ayudaría a los mercados interbancarios, ya que proporcionaría una víctima propiciatoria a los bancos, quienes dispondrían de una "válvula de drenaje" para eliminar de sus balances los bonos basura soberanos.

Jennifer Kapila: El BCE y los acreedores de deuda están frente al dilema del prisionero. Si el BCE se convirtiese en un verdadero prestamista de última instancia y proporcionase un soporte de liquidez ilimitado, me indicaría que los alemanes han desistido, lo que posiblemente tendría un gran impacto sobre la confianza. También podría implicar que no habrá ninguna tolerancia para grandes reestructuraciones de deuda soberana (lo lógico es que si esta señal de que no se va a producir ninguna gran reestructuración no queda clara para los acreedores de dicha deuda, el BCE debería asumir una cantidad desproporcionada de la deuda de estos países).

Christian Menegatti: Estoy de acuerdo en que podría haber un efecto positivo para la confianza, pero es discutible que tuviese una larga duración a menos que los estados puedan comprometerse de forma creíble con la sostenibilidad fiscal (por medio de la austeridad y reformas estructurales para reparar los flujos). A medida que los países periféricos de la Eurozona vayan entrando en recesión, la sostenibilidad fiscal será cada vez más difícil de alcanzar.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky