El África Subsahariana se enfrenta a un riesgo de crecimiento negativo, ya que el descenso de la demanda y el aumento de los costes de financiación a causa de una posible recesión de los mercados desarrollados afectan a algunos de los principales motores de la economía, a pesar de la limitada integración de la zona con los mercados globales. La actual crisis de la Eurozona podría ensombrecer las perspectivas de crecimiento de África incrementando los costes de financiación, retardando la construcción de infraestructuras que mejoren la productividad y exigiendo a los responsables políticos que mantengan una política monetaria defensiva y restrictiva. Por lo demás, los vínculos con los mercados emergentes, especialmente en Asia, y la gradual reducción de las barreras comerciales dentro de África debería compensar parcialmente la disminución de las exportaciones a Europa.
Por Maya Senussi y Rachel Ziemba.
