La muerte de Muamar el Gadafi pone fin a sus cuatro décadas de gobierno en Libia y marca el inicio de una nueva fase. El Consejo Nacional Transitorio, reconocido como líder legítimo del país por el FMI y los jefes de Estado del mundo, puede iniciar el proceso de transición con ímpetu. Todavía hará falta tiempo para reconstruir la infraestructura de los sectores de la energía y el transporte y llevar la producción petrolífera a los niveles previos a la subida. Antes de las elecciones planificadas para dentro de ocho meses, el entorno libio de seguridad y política se mantendrá incierto, especialmente si surgen divisiones dentro del Consejo.