La inflación general de Reino Unido se ha disparado al nivel más alto en diez años en un 5,2% de año en año en septiembre (también registrado en septiembre de 2008), tras un incremento del 4,5% en agosto. Atribuimos esta subida de la inflación a los repuntes de los precios de la energía y los productos básicos, los incrementos fiscales y en los precios de la importación; no obstante, estos efectos se disiparán y, junto con unos poderosos efectos base, tirarán de la inflación de vuelta al objetivo marcado por el Banco de Inglaterra en la segunda mitad de 2012.