El modelo de crecimiento global de las últimas décadas ?los desequilibrios nacionales y mundiales cada vez mayores que se reflejan en la deuda pública, privada y externa- se ha roto definitivamente; de ahí que la respuesta política al Crac Mundial y a la Gran Recesión no consiga restablecer un crecimiento global autosuficiente. Aconsejamos paciencia y una gestión de la demanda neokeynesiana así como una mezcla modernizada de reformas fiscales-estructurales. La flexibilización monetaria es una respuesta política necesaria pero insuficiente; la estabilidad económica mundial a largo plazo exige un reequilibrio basado en un compromiso creíble de ajuste fiscal y reforma estructural tanto en los países deudores como en los acreedores.
Por Arnab Das, Nouriel Roubini y Christian Menegatti