La consolidación fiscal, tensas condiciones de crédito y débil confianza de los consumidores son los principales escollos para el crecimiento británico, que rebajamos al 1,1% interanual en 2011 y 2012. Prevemos que la demanda de consumo, que representa casi el 65% del PIB, se estanque en 2011. El Banco de Inglaterra (BoE) está dispuesto a apoyar el crecimiento económico (y sobre todo el consumo privado) dado que la economía atraviesa una fase de incertidumbre marcada. No esperamos ninguna subida de tipos al menos hasta el cuarto trimestre de 2012 y pensamos que el BoE podría optar por una segunda vuelta de facilitación cuantitativa (QE2) de 50.000 millones de libras.
Parul Walia.