La última propuesta del gobierno de Hungría para reducir los enormes desajustes monetarios en los balances de los hogares mediante un cambio fijo de la deuda FX, podría hacer que los bancos sufrieran grandes pérdidas, reducir la capacidad de préstamo y fracasar en el intento de aumentar el anémico consumo. La nada ortodoxa política del gobierno sigue apoyándose en la percepción de riesgo de los inversores y podría obligar a los bancos extranjeros a cortar y salir corriendo ante las aflicciones de la eurozona e impedir que el Banco Central de Hungría reduzca la política de tipos en el futuro inmediato.
Por Jelena Vukotic