La producción de carbón se recuperará del todo y la demanda japonesa de materias primas remontará en 2012, apoyando el repunte de las exportaciones netas frente a la contracción inducida por las inundaciones en 2011. La apreciación de la moneda ensanchará las disparidades del crecimiento entre los sectores prósperos relacionados con la minería y la languideciente economía no minera, exponiendo a esta última a más competitividad extranjera. Debido a la elevada deuda de los hogares y los golpes a la riqueza, provocados por la volatilidad del mercado, el consumo se normalizará a menor escala que durante el anterior auge de las materias primas.
Por Mikka Pineda.
