Los datos de la vivienda siguen mostrando una imagen de rebote por el fondo, y el reciente estancamiento del mercado laboral, la incertidumbre económica y ahora la erosión añadida del patrimonio neto afectarán a una actividad de compra de vivienda ya deprimida. El declive de julio de las ventas de vivienda nueva se preveía, nuestras previsiones indicaban un declive del 0,% hasta 309.00, mientras que el actual declive fue ligeramente menor de magnitud (0,%). Las ventas de junio fueron revisadas a la baja hasta 300.000. Las débiles solicitudes de hipoteca para la compra y el bajo sentimiento del consumidor han seguido en agosto. Hemos mantenido que no prevemos una reaparición de la demanda de la vivienda a corto plazo, más bien esperamos que la demanda de vivienda siga una trayectoria marginal.