El gasto real de consumo de julio se elevó por los automóviles, según lo esperado, y el gasto real en servicios, aunque sólido, se vio impulsado por un mayor gasto en servicios públicos. Lo que es más importante, los ingresos disponibles mostraron una contracción. Las perspectivas para agosto parecen sustancialmente más débiles, con una erosión significativa del patrimonio neto, un estancamiento del mercado laboral y la incertidumbre política que pesa sobre la confianza (además, el calibrado del sentimiento del consumidor Reuters / Universidad de Michigan facilita pruebas tempranas de una calma extendida).
