Los actuales derroteros fiscales de Estados Unidos garantizan que una economía que ya es anémica sufrirá una recesión secundaria el año próximo o, como máximo, en 2013, y también garantiza que finalmente los vigilantes de los bonos impulsarán al alza los tipos de interés a largo plazo, si no se aprueba ningún plan creíble para la consolidación fiscal para el período de medio a largo plazo. El rumbo óptimo para la consolidación fiscal es una concentración de gastos al final del período más que al principio, dado que la economía todavía es muy débil y crece anémicamente por debajo de la tendencia. Con todo, es preciso formalizar un compromiso creíble con este rumbo de manera inmediata.
Por Nouriel Roubini.