En julio, el banco central turco mantuvo su previsión de inflación de final de año en el 6,9%; por encima del objetivo de inflación del 5,5%, pero todavía dentro de la banda de inflación de dos puntos porcentuales. La inflación se mantendrá volátil durante toda la segunda mitad de 2011, repuntando en el cuarto trimestre por los menos favorables efectos básicos y la limitada capacidad sobrante en el mercado laboral. La reciente subida de los precios del petróleo y la debilidad de la moneda plantean nuevas amenazas para la inflación. Según el último informe de inflación del banco central, se espera que la inflación se estabilice en torno al 5% a medio plazo.