El 12 de julio, el Banco de Japón votó unánimemente mantener su tipo de política prácticamente a interés cero por décimo mes consecutivo, y elevó su evaluación de la economía, señalando el alivio de las limitaciones de la oferta y las consiguientes mejoras de producción. El Banco también votó para mantener su Programa de Adquisición de Activos en 10 billones de yenes. Según el Banco, el débil sentimiento de consumo y las carencias energéticas plantean riesgos para el crecimiento a largo plazo.