Los impuestos personales de Japón son de los más bajos de la OCDE (el 23% de la renta nacional, frente a una media del 35,4% en la OCDE) mientras la deuda pública japonesa se dispara por encima del 200% del PIB. Aun así, el primer ministro Naoto Kan se enfrenta a peticiones de dimisión por insistir en las subidas tributarias para financiar el coste de la reconstrucción post-terremoto. Con unos recursos estatales estirados hasta el límite, ha llegado el momento de que los hogares compartan más el coste del alto nivel de vida de su país.
Mikka Pineda