El pernicioso efecto de las interrupciones en el suministro japonés para los sectores tailandeses del automóvil y la electrónica, combinado con una perspectiva de crecimiento más lenta para los mercados desarrollados y un endurecimiento monetario más agresivo en el ámbito nacional, provoca una revisión a la baja del crecimiento en 2011 hasta el 4.2%. Mientras tanto, las elecciones generales del 3 de julio plantean un importante riesgo para la estabilidad política, existiendo la posibilidad de que tras ellas haya violentas protestas o intervenciones militares.
Por Michael Manetta.