El FMI hizo su tercera revisión a la baja del crecimiento real del PIB en Reino Unido para 2011, prediciendo un crecimiento del 1,5% y una inflación superior al 4,0%, en una declaración que apoyaba el ritmo de recortes del gasto e instaba al gobierno de Reino Unido a no aligerar la consolidación fiscal si no hay un período prolongado de crecimiento lento.