Una aplicación de la Iniciativa de Viena sobre la emisión de la deuda pública griega resulta completamente inverosímil. Una refinanciación puramente "voluntaria" de la exposición de los bancos exclusivamente a los bonos que vencen a rendimiento del mercado resulta extremandamente engorroso, y hace que la carga de la deuda para el Estado sea todavía más insostenible.
Por Nouriel Roubini.