
Un tribunal de Londres la condena, junto a Banco Santander a pagar 44 millones por incumplir plazos.
Las expectativas de futuro de Astilleros de Sevilla, heredera de la antigua Izar y que ha acabado de nuevo en manos públicas a través de la Junta de Andalucía tras presentar concurso de acreedores en octubre pasado, se han ensombrecido un poco más. Un tribunal de arbitraje de Londres ha condenado a la empresa a pagar a la naviera finlandesa Viking Line unos 44 millones de euros, después de que el armador nórdico cancelara en 2010 un pedido para la construcción de un barco de pasajeros por incumplimiento de los plazos de entrega.
El retraso acumulado llegó a 210 días en el momento de rescindir el pedido. Los astilleros hispalenses tienen de plazo hasta el 10 de mayo para recurrir la decisión del tribunal de arbitraje.
En concreto, según fuentes de la compañía nórdica, Astilleros deberá devolver 39.227.500 euros que Viking Line pagó por adelantado para financiar la construcción del buque, más casi cinco millones de euros en intereses. "El fallo establece que teníamos derecho a rescindir el contrato debido al importante retraso de las obras, y por tanto, considera legítima nuestra exigencia de recuperar el dinero que entregamos a los astilleros", ha señalado Jan Hanses, vicepresidente de Viking Line.
Banco Santander
Los 39 millones de euros adelantados por Viking Line contaban con el aval del Banco Santander en caso de rescisión de contrato, por lo que la naviera tiene intención de demandar su devolución más los intereses acumulados a la entidad española.
La naviera finlandesa encargó en enero de 2007 a Astilleros de Sevilla un transbordador de última generación con capacidad para 1.500 pasajeros y 320 automóviles con el que cubrir la ruta entre Mariehamn, en el archipiélago finlandés de Åland, y el puerto sueco de Kapellskär. El buque debía ser entregado antes de julio de 2009, pero la empresa sevillana no pudo cumplir los plazos estipulados debido a problemas financieros, lo que llevó a Viking Line a rescindir el contrato en febrero de 2010.
Antecedentes
Esa cancelación llegó apenas unos días después de que la naviera chipriota Desedo Shipping rescindiera igualmente otro pedido.
El plan de futuro que la Junta andaluza negocia con sindicatos, socios industriales, financieros y armadores, y que pasa por la recuperación de los pedidos de tres barcos que tenía la empresa antes de paralizar su actividad, queda así ahora de nuevo en entredicho. Abril era la fecha tope para la reactivación del astillero, plazo que no se ha cumplido. La reclamación de devolución de Viking Line es un mazazo para los planes de recuperación de la factoría.