Nuestro análisis de sostenibilidad de la deuda en toda la periferia de la eurozona muestra que Grecia es claramente insolvente; el gobierno irlandés es incapaz de respaldar sus bancos y sigue siendo insolvente; la deuda pública de Portugal no es sostenible según los tipos de interés actuales; sigue siendo bastante posible que España pierda acceso al mercado en 2011 y, en comparación, la deuda pública italiana resulta estable.