Aunque las ventas minoristas rusas se incrementaron en el primer semestre de 2010, la subida de la inflación erosionó la capacidad adquisitiva del consumidor en el segundo semestre de 2010, y enero de 2011 presenció la continuación de la tendencia a la baja, registrando el crecimiento anual de ventas minoristas más débil desde enero de 2010.